Si lo tuyo es ser un defensor del aprendizaje cooperativo y sus innumerables beneficios, debes echarle un vistazo al siguiente vídeo que trata sobre una conferencia ofrecida por todo un experto en esta materia.
A modo de síntesis de dicha ponencia, la única manera de atender juntos
en una misma aula a alumnos diferentes –tal como exige la opción por una escuela
inclusiva- es introducir en ella una estructura de aprendizaje cooperativa, en
detrimento de una estructura individualista o competitiva, aún dominante en las
aulas actualmente. ¿Cómo pueden progresar en su aprendizaje alumnos “diferentes”
a la mayoría de los que asisten a una escuela (diferentes por varios motivos: porque
tienen alguna discapacidad, porque son de culturas distintas y no dominan la lengua
predominante, porque pertenecen a un entorno social marginado…) en un aula en la
cual cada uno trabaja solo en su pupitre y en la cual el profesor o la profesora debe
atender individualmente a sus estudiantes tan “diversos” unos de otros? ¿Cómo
pueden progresar estos alumnos “diferentes” en un aula en la cual los estudiantes
compiten entre ellos para lograr ser el primero, el mejor, sea como sea?
Sólo pueden
aprender juntos alumnos diferentes (en capacidad, interés, motivación, cultura,
lengua, origen social…) en una clase organizada cooperativamente, en la cual todos
colaboran y cooperan, se ayudan, para alcanzar el objetivo común de progresar en el
aprendizaje, cada uno hasta el máximo de sus posibilidades.
Y no puede haber propiamente cooperación –con el desarrollo de la solidaridad y el
respecto a las diferencias que la cooperación supone, como también veremos en esta
ponencia– si previamente se han excluido de un aula a los que son “diferentes”, si el
aula no es inclusiva.
¿Cómo aprenderán a cooperar y a respetar las diferencias, en
definitiva, a convivir, en una sociedad inclusiva y en comunidades integradoras,
alumnos con características personales distintas, con discapacidad y sin
discapacidad, con una cultura u otra… si han sido educados en escuelas o aulas
separadas? Tal como defiende la UNESCO, las escuelas ordinarias con una
orientación inclusiva, con una pedagogía centrada en los niños y las niñas y basada
en la cooperación –tanto entre los maestros y maestras a la hora de enseñar, como
entre los alumnos y las alumnas a la hora de aprender- son el medio más eficaz para
lograr una educación integral para todos.
Las escuelas inclusivas, el aprendizaje cooperativo y colaborativo, las
comunidades de aprendizaje, el aprendizaje dialógico, las redes para la convivencia son
estructuras que confluyen en un mismo eje vertebrador: el de mejorar la calidad de la
enseñanza. Desde esa perspectiva, este libro es una herramienta útil para introducir el
cambio en nuestros centros, mejorando las relaciones de todos aquellos que participan
en el proceso educativo: alumnado, familias, profesorado y agentes sociales.
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