GALERÍA DE IMÁGENES

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miércoles, 27 de abril de 2016

¿Y qué dicen sobre el aprendizaje cooperativo los artículos de investigación?

Centrémonos ahora en el artículo de investigación publicado por Gemma Riero Romero titulado: 

"El aprendizaje cooperativo como metodología clave para dar respuesta a la diversidad del alumnado desde un enfoque inclusivo".



A modo de reflexión, la puesta en práctica de nuevas corrientes inclusivas obliga a preparar a los docentes y a desarrollar al máximo metodologías activas inclusivas que hagan posible la atención a la diversidad en escuelas inclusivas. Se entiende la metodología del aprendizaje cooperativo como necesidad y recurso para atender a la diversidad del alumnado, y como contenido a aprender, para convivir con la pluralidad de diferencias individuales que supone un modelo educativo inclusivo.

Hablar de diversidad en la escuela implica constatar que los discentes que se agrupan presentan la misma diversidad que encontramos en la sociedad. Los estudiantes son diferentes entre ellos, y éste debe ser el punto de arranque de todos los docentes y de la acción educativa en general.

Respetar las diferencias y no convertirlas en desigualdades debe ser el propósito de la escuela por lo que convendría aplicar las estrategias adecuadas a fin de dar respuesta a los diferentes intereses, ritmos, capacidades, motivaciones, etc. Por tanto, la metodología del aprendizaje cooperativo potencia una escuela para todos que reconoce y valora positivamente la diferencia celebrando la diversidad, promoviendo un rico entorno de aprendizaje en un contexto de socialicación con el resto del grupo de iguales.

Las escuelas con una orientación inclusiva son el medio más efectivo para mejorar la eficiencia en los procesos educativos a través de la igualdad de oportunidades, fomentando la participación, la cooperación entre los discentes y en definitiva, mejorando la calidad de la enseñanza y la eficacia del sistema educativo y eliminando la exclusión.

Asimismo, se consiguen experiencias positivas en el aprendizaje del alumnado en conexión con las competencias básicas. Además, son los propios docentes en activo  quienes buscan la formación en este aspecto. Se requiere un modelo de formación sensible con el desarrollo de actitudes y estrategias que permitan al docente desenvolverse adecudamente en contextos diversos y con alumnos diferentes.

Es conveniente que el trabajo con estructuras cooperativas se inicie ya en las etapas de Educación Infantil para que el alumnado desde edades tempranas empiece a adquirir y desarrollar estas habilidades y potenciar la construcción de su conocimiento.

Asimismo, es la misma legislación vigente educativa la que hace posible una educación inclusiva. En ella, el aprendizaje cooperativo podría tener un papel relevante para atender a la diversidad. En definitiva, el aprendizaje cooperativo requiere de tiempo así como el aprendizjae significativo requiere de esfuerzo, pero amplias y notables son sus ventajas.

Por último, añado un vídeo sobre educación inclusiva de gran interés.




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